Era una oportunidad, la primera de 100 dijimos, la primera de las cien querellas que llevamos presentadas en distintos territorios del estado español, respaldadas por CEAQUA, denunciando diversos crímenes ocurridos durante el franquismo y la transición. La primera de ellas que había sido admitida a trámite y en la que la jueza responsable determinaba tomar declaración al denunciante, a una testigo, y además solicitaba al archivo de Salamanca y al de la Policia los informes relativos a la detención de Julio. Un paso adelante.
Estábamos esperanzados, se podía abrir una brecha en el muro de impunidad: hasta la fecha no ha sido investigado ni juzgado ni un sólo crimen, sabemos que fueron, decenas de miles. Ni un solo responsable juzgado. Fueron crímenes de lesa humanidad, el derecho internacional en materia de derechos humanos es muy claro: esos crímenes no prescriben ni se pueden amnistiar. Y además los estados deben proteger el derecho de las victimas a tener acceso a la tutela judicial.
En el juzgado Julio se encontró con una sorpresa increíble: habían pasado su caso a un juez de refuerzo que decidió reiniciar el procedimiento.
Estaremos pendientes sobre que ocurre con su querella, aunque como dijo su abogado Jacinto Lara, «esa música nos suena muy mal», suena a mantener la impunidad, a continuar desoyendo a las víctimas del franquismo y la transición.
Seguiremos trabajando para presentar nuevas querellas, seguiremos reclamando justicia en todos los tribunales y en todas las instancias. Seguimos…
Aquí puedes leer el comunicado conjunto de CEAQUA, Amnistia Internacional, Sira e Iridia sobre esta atropello a los derechos de las victimas del franquismo.