LA TORTURA IMPUNE, LA JUSTICIA PENDIENTE
Conla colaboración de Amnistia Internacional, Institut de Drets Humans de la Universitat de València, la Clínica Jurídica de Justícia Social, Coordinadora de Associacions per la Memòria Democràtica, El Punt (Centre d’autoaprenentatge) y Ca Revolta, realizamos el 22 de febrero en el Centro Cultural del Carmen una intensa jornada.
En una primera mesa, coordinada por nuestra compañera Llum Quiñonero, inervinieron Aintzane Ezenarro directora del Instituto Vasco de la Memoria (Gogora) que ha realizado un importante informe sobre la tortura en el País Vasco, nos habló de él, del importante trabajo institucional para reparar a las víctimas de la represión

Daniel Canales Anzola, Responsable de Investigación de violaciones de Derechos Humanos del Secretariado Estatal de Amnistía Internacional intervino sobre las deudas del estado español en materia de garantizar el derecho de las victimas de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por el franquismo a justicia y reparación. Unas carencias que desde Amnistia Internacional se vienen denunciando reiteradamente, como también las practica de torturas.
Raquel Vanyó, profesora de derecho internacional de la Universidad de Valencia, explicó que establece el derecho internacional y la justicia transicional en materia de protección a las victimas de crimenes de estado, como los ocurridos durante la dictadura franquista y la transición. La importancia de perseverar en su reclamación.
En la segunda mesa, presentada por Lucila Aragó, subió la intensidad de las emociones, los testimonios directos de Pili Zabala y de los querellantes Xenxu Edo y Ausiàs Alminyana fueron impresionantes. La hermana de Jose Antonio Zabala, asesinado en 1983 junto a Jose Ignacio Lasa en la primera acción del GAL, bajo la protección de la guardia civil, de las fuerzas de seguridad del estado, relató la barbaridad de aquellos hechos, la incetrtidumbre y el miedo en su familia durante los 15 años que permaneció «desaparecido», el horror al descubrir sus restos, el informe forense hablaba: torturados, obligados a cavar sus tumbas, disparo, cal viva.
Xenxu Edo, nos trasladó a Pamplona, al año 73, a sus primeras acciones en solidaridad con los trabajadores en lucha, huelga de Motor Ibérica, cómo recuerda, transcurridos 50 años, la épica de aquel tiempo, la sensación de libertad al romper las restricciones y las prohibiciones del regimen franquista… También lo que vino después, 5 dias de malos tratos, golpes, insultos, vejaciones, en la comisaria de la policia de aquella localidad, año y medio de carcel, prisiones de Pamplona, Martutene en San Sebastian, Yeserias en Madrid… Veinte dias de hospitalización por las torturas sufridas. Secuelas de por vida. Ahora reclama justicia. Sus compañeros de sumario figuran en el informe elaborado en Iruña sobre torturas:
Ausiàs Alminyana, recordó a su padre Vicent, fallecido en 1990, detenido por la guardia civil en el verano de 1972 en los poblados marítimos de Valencia, junto a un grupo de jóvenes militantes de una agrupación de Jóvenes Marxista-leninistas. Les quisieron incriminar en acciones realizadas durante el 1 de mayo de aquel año, la guardia civil no necesitaba pruebas sólo que firmaran un cuestionario y una declaración. Utilizaron la fuerza y las amenazas, sus recursos contra los jóvenes dos chicas y ocho chicos de entre 15 y 19 años. Fueron después juzgados por el TOP y condenados.
La abogada Aradia Ruiz, de la Cooperativa el Rogle, redactora de las querellas contra los crímenes presentadas hasta la fecha en Valencia, explicó con toda claridad porque deben aceptarse estas denuncias, y como de interpretables y cuestionables son las decisiones que hasta la fecha mantienen los juzgados para no querer investigar. Los querellantes están cargados de razón y de derechos.
Cerró las intervenciones desde la mesa Eva Salvador Ibiza del Grup Suport als Encausats de Pego, 14 jovenes pendientes de juicio, con peticiones fiscales entre 4 y 9 años de prisión, por delitos de odio: su «delito» tratar de impedir que los neo nazis camparan impunemente con sus símbolos, su anti democracia, y su chulería por su localidad. Ningún fascista enjuiciado.




