El día 31 de marzo en Ca Revolta, estuvimos hablando sobre el libro Derecho a la Justicia. Querellas de la impunidad. Vicent Gabarda recordó el proceso de su investigación, el desconcierto que le ocasionó encontrar en el registro un número desproporcionado de libros de fallecimientos, empezó a tirar del hilo, gracias a su labor, hoy conocemos los nombres de la mayoría de las personas fusiladas en el País Valencià, y los de las 2237 fusiladas en Paterna, un gran trabajo que ha ayudado a muchas familias a saber donde pueden encontrar a los suyos, desaparecidos, fusilados y arrojados a alguna de las más de 170 fosas del cementerio de esa localidad. Llum Quiñonero explicó cuáles son las razones que nos llevan a acudir a los tribunales, a exigir justicia. Lucas Marco, uno de los escasisimos investigadores de la Brigada Político Social expuso sus orígenes, su evolución, algunas de las biografías de los policías más destacados en Valencia. Lucila Aragó repasó las querellas presentadas por torturas y las respuestas hasta la fecha recibidas por parte de los juzgados, archivan, no quieren investigar, pero a las víctimas les ampara la justicia universal, tienen derecho a la tutela judicial. Paso a paso, seguiremos denunciando la impunidad del franquismo. Gracias por acompañarnos. Gracias a Gabriel Rodríguez por las fotografías

Nos sumamos a la campaña impulsada desde CeAqua de recogida de firmas para pedir la modificación de varias leyes para lograr una verdadera reparación para las víctimas del franquismo a través de la justicia.

En la actualidad no hay Justicia para ellas. Una sociedad democrática no puede aprender y superar sus conflictos sin Justicia.

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Valentín González, murió el 25 de mayo de 1979 delante del mercado de Abastos, estaba como sus compañeros de carga y descarga en huelga, la asamblea había decidido continuar la lucha. Era el tiempo de exigir un salario y un trabajo digno. La policía recibió orden de «disolver» a los concentrados y comenzó a aporrear a los trabajadores, el padre de Valentín fue golpeado salvajemente, su hijo intentó protegerle, un policía le disparó a menos de un metro de distancia una pelota de goma. Valentín murió antes de llegar al hospital.

Su entierro se convirtió en una manifestación multitudinaria precedida por una huelga general. Decenas de miles de personas acompañamos el cuerpo de Valentín hasta el cementerio.

En los años del olvido, un desganado juicio condenó al policía a una multa de dos mil pesetas y concedió una escasa indemnización a la familia.

Valentín es una de las víctimas de la impunidad de la policía que dejó el franquismo.

Valentín González, no olvidamos. Dignidad y memoria.

Actos en su memoria:

Articulo de Rosa Solbes publicado en Valencia Semanal, nº 79, Valencia 1979

Se ha presentado a los grupos municipales del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia la propuesta de moción que a continuación reproducimos:

QuerellaArgentina_MocionAytoVLC